Recetas fáciles y económicas para foráneos y no foráneos

Los platillos más fáciles y económicos para los adultos chiquitos

Ser un adulto chiquito, estudiar, trabajar y estar lejos de casa no es nada sencillo, además de tener que lidiar con la comida, puede convertirse en un verdadero reto. A veces la comida casera se extraña, pero no siempre el presupuesto o el tiempo permiten ponerse a cocinar como si estuviéramos en casa de mamá. Tenemos para ti recetas fáciles y económicas para foráneos y no foráneos que te salvarán de recurrir al atún, sopas instantáneas o comida chatarra todos los días.

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Recetas fáciles y económicas para foráneos y no foráneos

Tacos de frijoles con queso

No es la receta más complicada ni la más gourmet, pero es rica, económica y rápida. Solo necesitas tortillas de maíz, frijoles (pueden ser de lata, lo que facilita todo), y un poco de queso rallado (el queso que más te guste o el más barato), chiles de lata (opcional).

  • Calienta los frijoles en una sartén y sazónalos con sal, ajo en polvo, o un toque de chile en polvo si te gusta el picante.
  • Toma una tortilla, ponle una capa de frijoles y espolvorea queso por encima. Dobla y calienta en una sartén hasta que se derrita el queso y la tortilla esté dorada.
  • ¡Y listo! Tienes un platillo delicioso, lleno de proteína y fibra, ideal para cuando llegas cansado y no tienes ganas de complicarte.
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Arroz frito con verduras

El arroz es un básico que te puede acompañar durante toda la semana. La idea es que prepares una cantidad grande y luego vayas usando lo que te queda para hacer platillos rápidos. Un arroz frito es lo más sencillo y barato.

  • Cocina el arroz como normalmente lo haces y déjalo reposar un poco.
  • Mientras, en un sartén vierte un poco de aceite (puede ser de oliva, canola, o el que tengas) y echa zanahorias, cebollas, pimientos o cualquier verdura que tengas a la mano.
  • Cuando las verduras estén listas, agrega el arroz, un chorrito de salsa de soya (si no tienes, un poco de sal y pimienta funcionan) y mezcla todo. Mantén al fuego unos minutos y listo.
  • Este platillo es súper versátil, puedes agregarle lo que quieras: pollo, jamón, huevo, o hasta atún enlatado.
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Ensalada de atún con mayonesa y verduras

Cuando necesitas algo rápido y fresco, no hay nada más fácil que una ensalada de atún. Es económica y la puedes personalizar según lo que tengas en la alacena.

  • Abre una lata de atún (si es en agua, mucho mejor para no agregar tantas calorías, recuerda vaciar el agua antes de comerlo) y mézclala con un poco de mayonesa.
  • Añade verduras como jitomate, lechuga, cebolla, pepino o la verdura de tu preferencia.
  • Si eres fan de los carbohidratos, también le puedes agregar arroz o pasta cocida, que no solo llenan, sino que complementan muy bien el atún.
  • Esta ensalada no solo es rápida, sino que también te da la energía que necesitas sin complicarte.
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Sándwich de pollo a la plancha

Si ya tienes pollo cocido (incluso puedes usar pechugas ya preparadas o las sobras del día anterior), hacer un sándwich rápido es una excelente opción.

  • Toma un pan (el que prefieras) y unta un poco de mayonesa o mostaza, coloca el pollo desmenuzado, unas hojas de lechuga, rodajas de tomate y queso.
  • Si tienes un poco de aguacate, échale también para tener un poco de grasa saludable
  • Este sándwich es ideal para llevar a la escuela o al trabajo, y te llena sin gastar mucho.
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Pasta con salsa de tomate

Solo necesitas pasta, la de tu preferencia, salsa de tomate (puede ser de lata o en puré) y algunos condimentos.

  • Cocina la pasta en agua con sal.
  • Mientras, calienta la salsa de tomate en una sartén, añádele pimienta, ajo en polvo, sal. Si tienes alguna carne molida o trozos de pollo, agrégalo también para que se haga un platillo más completo.
  • Mezcla la pasta con la salsa y espolvorea queso rallado por encima si lo deseas.
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Consejos extras

  • Compra a granel: Si puedes, compra arroz, pasta, y otros ingredientes básicos en grandes cantidades. Es más barato y te rinde más.
  • Congela sobras: Si cocinas más de lo necesario, guarda lo que sobra en el congelador para un día en que no tengas ganas de cocinar.
  • Usa lo que tienes: A veces, solo hace falta un poco de creatividad para aprovechar lo que tienes en la despensa. No hace falta gastar mucho para comer rico.

Con estas recetas, no solo vas a ahorrar dinero, sino que además vas a comer bien, sin necesidad de invertir horas en la cocina. ¡Manos a la obra y a disfrutar!